Capítulo Sexto
Se
abrazaron, Luis Antonio sintió como su corazón se aceleraba al
sentir ese hermoso cuerpo, cuidado, bien formado y con un perfume
riquísimo, trato de disimularlo pero casi sin poder evitarlo sus
labios se unieron en un largo beso que culmino cuando el apartando el
cabello de la hermosa mujer de su rostro le susurro-Que linda
bienvenida, gracias preciosa; quieres que te ayude a cocinar-No vos
descansa, me dijo Marta que venias muy cansado-Es verdad vengo
estresado, cada día los paciente exigen más a los terapeutas, como
si nosotros tuviéramos la bola de cristal para cambiarles la vida en
un instante, cuando no se están dando cuenta que son ellos mismos,
los únicos que pueden cambiar sus propias vidas si modificaran
algunas actitudes, posturas rígidas y mandatos ancestrales y se
amaran un poco más-Tienes razón, también percibo lo mismo cuando
brindo mis talleres o terapias y cuando vienen por masajes, siempre
están muy contractura-dos, es el estrés que no manejan bien.
De
fondo se escuchaba una melodía, mientras Rosana preparaba la cena el
le convido una copa de un exquisito vino reserva, algo dulce que
tenia en su bodega, rieron, cantaron a dúo una canción de Sandro y
luego cenaron juntos; el brindis fue por la vida, por los sueños
pendientes.
Esta
noche mientras la luna iluminaba la ciudad quitando los mantos negros
de algunos edificios Rosana Montserrat y Luis Antonio su yerno,
compartían la cena.
La
charla fue interesante, a Rosana le habían hecho una propuesta para
que viajará al exterior a realizar un seminario de masajes y
meditación; propuesta que a Luis Antonio le pareció genial y alentó
con entusiasmo.
Luego
del Brindis y pasada la medianoche Rosana se ofreció para hacerle
unos masajes para eliminar tensiones- Me gusta la idea pronunció en
voz baja Luis Antonio, tus masajes me encantan y renuevan. ¿ dónde
vamos? Vení pasamos al dormitorio de huéspedes, tengo allí una
camilla.
(Continuara Proximamente, retorne pronto a este blog) comente, comparta, gracias)
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