Capitulo Veintitrés
Al
medio día
salieron juntos almorzar, eligieron un restaurante con mirada al mar;
esa misma noche habría
otra función teatral y Jorge debía
hacerse cargo de la logística
y la cobertura mediática;
pero eso seria después,
ahora lo que interesaba era compartir un rico almuerzo con su novia y
brindar por este momento de plenitud en la pareja; almorzaron algo
liviano y luego caminaron por la costa; el mar estaba sereno, ideal
para disfrutar de una tarde de playa- Que te parece mi amor si vamos
hasta el edificio, nos vestimos para la playa y volvemos comento
Jorge Santoro-Dale vamos al tuyo que queda más cerca y allí la vez
pasada, cuando vinimos a la playa deje una de mis bikinis y
retornamos, me encanta el agua y contigo es un sueño compartir este
momento menciono Rosana.
Mientras
caminaban los vendedores ambulantes intentaban vender sus baratijas a
los veraneantes, cosa no demasiado fácil
en épocas de recesión
económica;
ella al pasar le sonreía a todos; estaba feliz.
(continuara próximamente)
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