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En el Capitulo anterior, el Capitulo diez (leer aquí) la Maestra Rosalinda sentía que había elegido un camino pero la vida tiene muchas facetas y te las contamos en un nuevo episodio de esta novela
Capitulo Once
Algunos filósofos aseguran que no existe la
casualidad, sino la causalidad; seguramente es así, sino como lograríamos
entender, que a esa misma hora, ha kilómetros de distancia también el autor del
poema estuviera pensando en aquella hermosa mujer que encontró un día en la
biblioteca de la Ciudad, si bien el encuentro fue fortuito y solo duro unos
minutos, fue suficiente para que Andrés lo recordara, estaba pensando en ella
cuando recibió un mensaje en su celular; era de su amigo Pedro Acosta, un
enamorado de la filantropía, leyó atentamente ese mensaje, era un pedido de
apoyo para apadrinar escuelas rurales, le gusto la idea y lo llamo, siempre
considero que los mensajes son fríos, no tienen la calidez de la voz humana-Hola
Pedro como estas amigo del alma-Bien y vos Andrés, como marcha tu retiro-Bien,
aquí disfrutando de mi soledad, reencontrándome conmigo mismo, a ver… cuéntame,
de que se trata el tema que me planteaste en el mensaje y como puedo yo desde
aquí, apoyar esa iniciativa-Andrés aunque no lo quieras creer es muy fácil,
porque vos estas cerca de varias escuelitas rurales que necesitan una mano-En
serio, pensé que no había escuelas cercanas en estas soledades-Te cuento
estuve mirando el mapa satelital y al Sur, de donde estas viviendo vos ahora, a
pocos kilómetros tenes una escuelita de campo, bastante necesitada de
reparaciones, el estado solo hace lo mínimo indispensable, paga el salario
docente, envía una partida para útiles y el comedor y generalmente se
despreocupa de la infraestructura y como los padres suelen ser bastante pobres,
las cooperadoras no pueden implementar mejoras, por eso en Argentina hay algunas
organizaciones y Ong que colaboran y como trabajo en una de ellas y sabiendo tu
hombría de bien te llame-Me encanta la idea ¡¡¡Cuenta conmigo!!!
(continuara)
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